miércoles, 13 de agosto de 2014

TERCERA PARTE: Capítulo Séptimo: ÉPOCA DE LA REPÚBLICA: II.- FRAY RAMÓN ROJAS. EL PADRE GUATEMALA Y SU INFLUENCIA EN ALGUNOS ACONTECIMIENTOS EN LA VILLA PUERTO DE LA INDEPENDENCIA 1835 – 1839.

II.- FRAY RAMÓN ROJAS. EL PADRE GUATEMALA Y SU INFLUENCIA EN ALGUNOS ACONTECIMIENTOS EN LA VILLA PUERTO DE LA INDEPENDENCIA 1835 – 1839.


No podemos dejar pasar los capítulos de nuestro trabajo monográfico con solo la enumeración de los acontecimientos de hechos históricos que más son el juego e las ambiciones de los hombres por lo material y corpóreo, sin considerar también los hechos de influencia espiritual. Los pueblos sostienen su proceso vital en estos dos aspectos. Cada uno de estos jirones tienen sus héroes y sus personajes a cual más digno de considerar, si queremos reconstruir la historia de los pueblos levantados lentamente con el transcurso de los siglos.

Al considerar la vida espiritual de la provincia de Pisco, justo es apuntar la influencia del P. Fray Ramón Rojas, varón cuyo ejemplo de santidad ha trascendido en todo el departamento de Ica.

Corrían los meses de 1831 (Junio 22) cuando llegaba al Perú Fray José Ramón
Rojas (2) nacido en Guatemala, pueblo de Quezaltenango, 31 de Agosto de 1775 en condición de desterrado político, le imposibilitaba ejercer los oficios del sacerdocio como padre Franciscano, solo cuando se siguió un especial juicio investigativo de ser cierta su profesión, pudo lograr del gobernador eclesiástico, señor Francisco Pascual y Erazo, licencia para confesar personas y religiosos por el mes de Julio al mes de Noviembre, haciéndose célebre más las licencias hasta 1833 fueron prorrogándose por seis años y siendo Arzobispo de Lima Monseñor Benavente, quien le reconoce las mencionadas licencias prorrogadas por Erazo de predicar y confesar a personas de ambos sexos y religiosos “por tiempo de nuestra voluntad” con fecha 7 de Marzo de 1837 así lo expresa el Decreto que expide el Arzobispo Benavente.

Con las licencias y poderes necesarios para poder ejercer el sacerdocio en el Perú, estuvo admirando a los cultos limeños, ya famoso y habiéndose relacionado e informado del culto en Ica y más que todo por lo primero si hemos de estar en lo cierto que el mencionado autor dice “Sus conversaciones frecuentes, en el Convento de San Francisco el R. P. Salas Arrieta, visitante y morador en variadas oportunidades del convento franciscano de San Antonio de Ica, conversaciones también, en su gran amigo General Salas, rico 
 
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(2)   “El Apóstol de Ica” Fr. José Ramón Rojas (El Padre Guatemala), por Enrique D. Tovar y R. – Lima 1943.


hacendado iqueño y, prominentes políticos de esos tiempos, así como con el joven agricultor don Domingo Elías, que aún no se había convertido en figura nacional pero que desde entonces era admirador fervoroso del ilustre recoleto de Guatemala, consultas y exhortaciones entre Fray Ramón y los Drs. Erazo y Carlos Pedemonte, relacionado políticos, este último de ellos, compelieron al monje desterrado a dejar todo en la fastuosa ciudad de los Virreyes y a dirigirse a esos pueblos del sur.

Era el mes de Abril de 1835 cuando el propósito de su apostolado predicando el Evangelio, llevaron al P. Rojas al pueblo de Chincha Alta, su arribo a este pueblo es seguro que lo hizo a pié. Estuvo en el mes de Mayo predicando en la mencionada población. De aquí pasó al pueblo de Pisco, donde sus misiones fueron muy oídas y apreciadas por los pisquemos. No se puede tener fecha fija de su estadía en Pisco. De aquí pasó a Ica y por Octubre de 1835 lo encuentra en esa, quien también le admira y propone al arzobispado de Mainas.

Entre los años 1838 y 1839, la reverencia del pueblo iqueño, lo consagra… El P. Rojas se ha de ver siempre entre Pisco a Ica haciendo sus peregrinaciones y donde quiera que estuvo propalando el bien y remarcando sus huellas imperecederas, en hechos de santidad se afirma que en uno de los viajes a Pisco yendo con su comitiva bajo un abrumador y candente sol, por la Pampa de Pisco a Ica, se le pidió agua y el R. P. obró con sus propias manos abriendo en la arena en una parte alta de casi un promontorio, y dejó a flote un caudal de agua suficiente como para que tomaran todos los que le acompañaban, más “El Pozito Santo”, como se le llama, no se borró jamás como jamás se borrará la creencia de que el P. Rojas obrara con poder de milagro.

Asimismo, puede imputarse a tal período (1836 – al 38) la oportunidad en que colocó ciertas cruces, como la de Calvario, que el santo misionero cavó en un cerro arenoso a unas cuantas leguas (al sur de Pisco) he de advertir que las dichas cruces cavadas se encuentran sobre los cerros de la Punta del Pejerrey, frente al llamado boquerón, o sea el espacio que separa la Isla Sangallán de la Península de Paracas, sobre estos cerros en donde no pueden estar mejor puestas; ya que en el mencionado boquerón encayan los pescadores frecuentemente debido a los fuertes vientos que allí corren. Sobre esto continúa el autor citado CRIC escribe, según tradición, el P. Guatemala había notado que los pescadores

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(3) Obr. citada pág. 216.


eran a menudo azotados por el furor de las olas, corriendo peligro de naufragar… y que un día dijo a sus secuaces; Vamos a auxiliar, siquiera espiritualmente a la gente de la mar, hagámosle una cruz que ellos ven de todas partes “que les sirva de estímulo en la navegación y de confianza en los peligros”. Agrega que todo un ejército de gente devota se armó de lampas, picos, cestos y carretillas y principió a cavar el cerro arenoso como para abrir los cimientos de una ciudad grande. Ya que así surgió el Calvario en el que se perciben “tres bien marcadas cruces unidas por la base o un solo pedestal triangular”, “Calvario que ha impresionado a muchos viajeros y que seguirá todavía muchos años sirviendo de faro a los marineros pisqueños, con tal que manos piadosas se molesten en limpiar los surcos que la arena pretende borrar”.

Una de las obras de mayor trascendencia en el pueblo de Pisco, por el P. Rojas es sin duda la fundación del hospital de Guadalupe para mujeres, hasta ese entonces que no lo habían, el historiador Enrique Tovar dedica, en su obra ya citada, el capítulo XVIII – Segunda Parte, interesantes datos que, para no desvirtuar copiamos al pie de la letra.

“Unos de los biógrafos Fray Elías del Carmen Passarelli, escribe: En 1839 fue el Padre a Pisco, y en una parte que fue colegio de los jesuitas fundó el Hospital de Guadalupe”.

“Unánimemente señalan todos al Padre Guatemala como fundador de dicho instituto mencionado en verdad”.

“Pero esa Fundación no fue obra de días, se hizo tras no pocas agitaciones, que ocuparon la atención del Gobierno en la Capital del Perú. Hay un documento que tenemos a la vista, y es el oficio que el Ministro de Culto, Dr. Manuel Villarán, dirigió, con fecha 14 de Noviembre de 1837, al Arzobispo de Lima, que basta para conocer a grandes rasgos el proceso de aquella fundación del Padre Guatemala”.

Según tal comunicación, once días antes había oficializado al ministro el expresado Arzobispo, y acompañándole a la nota o solicitud de doña Gertrudis Andrade relativa a que se franquee el local del convento que fue de los Jesuitas en Pisco para hacer un hospital y beaterío de mujeres. El 13 del propio Noviembre en vista de que el Párroco de Pisco (4) se allanó a entregar el local que se deseaba, el Protector Santa Cruz resolvió acceder a lo solicitado por la expresada dama.

Bueno es no olvidar que, en aquellos tiempos, Pisco era un simple distrito, denominado distrito de Independencia por ley de 1832 y que pertenecía al departamento de 

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(4) Era cura de la Parroquia de Pisco el Dr. Valerio Cora.


Lima. Pero en la nota al Arzobispo, del Ministro, hay otros datos. El expediente que siguióse para obtener del ejecutivo la licencia a fin de establecer el hospital y beaterio de mujeres, pasó al prefecto con el propósito de que instruyese a la Junta de Beneficencia a cerca de los que se perseguía, y de que la Junta, mediante una comisión  se cerciorase del celo y la responsabilidad de la persona que representa esto es doña Gertrudis Andrade – como también de los medios y recursos con que se intentaba poner por obra el nosocomio y de reglamentar el buen funcionamiento del hospital.

“Así pues, entre la Villa de Pisco y Lima, Lima y Pisco, se cruzaron comunicaciones, las autoridades médicas, políticas y de Beneficencia hubieron de intervenir, se hicieron algunas modificaciones en el edificio para dar mayores comodidades y seguridades a las pacientes, y por último, se obtuvo la aprobación por el Gobierno de Reglamento”.

“En todas estas tramitaciones engorrosas se emplearon el año 1838 íntegro y parte del 39.”

“Harto sabido es que el Padre Guatemala viajaba con frecuencia a Pisco en cuya Villa solía hospedarse en su convento unas veces y otras en la casa de don Claudio Fernández Prada. Lógicamente puede admitirse pues, que doña Gertrudis Andrade procedía de acuerdo con el ilustre franciscano, que se dejó pasar todo el año 38 aplicado a reparar el edificio y que se aprovechó de la presencia, en tierra pisqueña, el año 39 del benemérito Padre, para dar nombre al Hospital y seguramente inaugurarlo”.

“Y resulta elocuente para nuestra hipótesis el nombre que se le dio: Hospital de Guadalupe, porque siempre propugnó el Padre Rojas a favor del culto de la Virgen de Tepeyac, y Guadalupe fue el nombre que se le impuso al hospitalito construido en el Callao, por el en asociación con el lego Prieto”.

Desde 1839 hasta 1929 duró la obra del Padre Fray Ramón Rojas en Pisco y se hizo duradera porque se le crearon rentas con las cuales se le pudo sostener, así tenemos a la mano un decreto adjudicando un principal y réditos de las haciendas Lanchas y Caucato por un legado dejado a favor de los pobres de Pisco por el licenciado don Andrés de Vliches y Ballesteros, el decreto al que nos referimos es del año 1847 es decir a los ocho años de establecido el hospital por el Padre Rojas en Pisco.

Cuando sus frutos se cosechaban en abundancia en los pueblos del departamento murió el P. Ramón Rojas a la edad de 63 años (23 de Julio de 1839) en Ica, en la casa del ejercicio que fundara denominada “Jesús María”.

Para nosotros los pisqueños nos ha dejado una tradición que aun impera en algunos vecinos y es que la población de Pisco será en el alto de San Miguel predicho por el P. Rojas. Esto está de acuerdo con la intención que tuvieron los recoletos del convento franciscano de Pisco en 1689, cuando se redificaba la Villa con el nombre de la Concordia.

Más adelante habíamos apuntado que el R. P. Fray José Ramón Rojas se alojaba e Pisco en la casa de don Claudio Fernández Prada, indudablemente este rico y notable vecino de Pisco fue influenciado para también dejar una donación sobre el hospital de mujeres de Pisco tal como lo veremos en un interesante dato publicado en la Voz de San Jerónimo de Ica. Dice así: Por Escritura otorgada en esta ciudad ante el escribano público D José Víctor Peláez, en 24 de Noviembre de 1852, el Dr. D. Juan Pablo Gonzáles y D. Nicolás Zorrilla mandatarios testamentarios de D. Francisco Fernández Prada que a su vez lo fue de don Claudio Fernández y de su esposa, doña Isabel Velez de Guevara asignaron para obras pías según la intención de los tres testadores las cantidades siguientes: P. 4,000 para el hospital de mujeres de la Villa de Pisco (Nuestra Señora de Guadalupe).

Así mismo para el hospital de San Juan de Dios de la Villa de Pisco, 4,000. No se sabe si tales obras pías aún rijan para Pisco, más en la misma fuente bibliográfica se hace saber que la Beneficencia de Ica lo ha conseguido por el saneamiento del Fundo San Jacinto del Valle de Pisco (5).
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(5)   “La Voz de San Jerónimo” N° - 112 – Año I. – Ica 1936 – Pág. 119 – La Obra pía de D. Claudio Fernández Prada.


PISCO FORMANDO PARTE DE LOS DISTRITOS DE LA PROVINCIA LITORAL DE ICA Y COMO CAPITAL DE LA PROVINCIA DE CHINCHA CREADA EN 1868


Por primera vez el distrito de Pisco es separado de su muy antigua jurisdicción de la Intendencia de Lima, después provincia y departamento, cuando se creó la provincia litoral de Ica en 1855, según los alegatos que con este caso se especificó en la Ley que a ese aspecto se dio con fecha de 25 de Junio del mismo año.

Tal lo vemos en la transcripción que hacemos de la Ley mencionada.

El Libertador Ramón Castilla, Presidente de la República, etc.

Considerando:

Que la provincia de Ica, por su importancia territorial y comercial, requiere una autoridad superior que dependa independientemente del Gobierno y que ejerza atribuciones capaces de satisfacer las necesidades de los pueblos que lo componen:

Que esos pueblos no pueden ser bien gobernados, si continúan formando una suprefectura del departamento de Lima, por ser considerable la distancia que los separa de la capital, y muchos y complicados negocios que corresponden a la suprefectura.

Decreta:

Artículo 1.- Los distritos de Ica, San Juan Bautista, Yauca del Rosario, Humay y Chunchanga, Pisco, Palpa y Nasca formaron una provincia independiente del departamento de Lima.
Artículo 2.- La provincia del litoral de Ica será regida por un Gobernador de que reciba directamente las órdenes del Gobierno que tenga autoridad, atribuciones y responsabilidad en todo a la de los prefectos.

Ramón Castilla – Manuel Toribio Ureta (6).

Más adelante cuando se creó el departamento de Ica a la vez que se creaba la provincia de Chincha cuya capital fue Pisco, su importancia llenó las necesidades que requiera este pueblo. En el estuvo concentrado todo lo referente a la Administración Judicial, Civil y Eclesiástico. Desde 1868 residió un Juez de primera instancia, suprefecto y todas las atribuciones referentes a la provincia de Chincha dependió de la Villa de Pisco como capital. Esta categoría que tomó Pisco fue en provecho propio incrementado su comercio y su actividad mercantil con la exportación e importación.

Se puede decir que el progresivo Gobierno de don José Balta, la Villa de Pisco adquiere uno de sus meritorios honores como pueblo que durante la Colonia ya lo había obtenido, como lo hemos apuntado más adelante al ocuparnos de su vida durante la época española.

Tal es la Ley que declara Departamento toda la circunscripción de Ica y se le crea la provincia de Chincha.

El ciudadano José Balta. Presidente Constitucional de la República.

Por tanto el Congreso ha dado la Ley Siguiente:

El Congreso ha dado la Ley siguiente:

(6) Colección de Leyes del Perú por Juan Oviedo – Demarcación Territorial Pág. 226

Considerando:

Que está probado la necesidad que existe de reunir en la Provincia los distritos de Pisco Humay hoy pertenecientes a la provincia de Ica y los de Chincha Alta y Baja que hacen parte de la de Cañete.

Ha dado la Ley siguiente:

Art. 1. Se elegirá una nueva provincia con el nombre de Chincha cuya capital será la Villa de Pisco (7)
Art. 2. Dicha Provincia se compondrá de los distritos de Pisco, Humay, Chincha Baja, Chincha Alta, y formará con la de Ica el departamento de su nombre.
Art. 3. Los límites de la expresada provincia serán los mismos que actualmente separan a los distritos que la componen, de las provincias vecinas.

Comuníquese al poder ejecutivo para que disponga lo necesario a su cumplimiento. Dada en la sala, a los treinta días de Octubre de mil ochocientos sesenta y ocho.

José Rufino Echenique, Presidente de la Cámara de Senadores, Juan Oviedo, Presidente de la Cámaras de diputados, Francisco Chávez, Secretario del Senado, Modesto Basadre, Secretario de la Cámara de Diputados.

Por tanto:

Mando se imprima, publique y circule y se le de el debido cumplimiento.

Dado en la Casa de Gobierno, en Lima 30 de Octubre de 1868.

José Balta
Pedro Gálvez

Esta ley favoreció al pueblo de Pisco, porque desde este año las autoridades provinciales residieron en el. En calidad de capital la nueva provincia de Chincha tuvo su suprefecto, un Notario Público y el municipio que de distrital pasó a categoría de Provincial, correspondiéndole tener en vez de cinco miembros, como en 1854 siete, hubo asimismo suprefecto y gobernador del cercado.

Más adelante veremos como la cuestión de la residencia de autoridades en la capital de la provincia trajo como consecuencia un franco encono entre los pueblos de Chincha y Pisco y solo cuando se independizaron estos dos pueblos se aplacaron los enconados rencores.

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(6) Colección de Leyes del Perú por Juan Oviedo – Demarcación Territorial Pág. 226.
(7) Colección de Leyes y Resoluciones dictadas por el Congreso de 1868, 1870, 1873 – Leyes Orgánicas y reglamentos Generales – Volumen N° 1.



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