IV.- TERCER PERIODO DE PARACAS – CULTURAS INCAICAS PISQUEÑAS
Al florecimiento de la cultura Paracas en la región de Pisco, se observa en los restos arqueológicos un nuevo asentimiento de culturas locales con cierta influencia serrana tanto en los utensilios, vestidos, manera de enterrase y en fin, de las manifestaciones de pobreza que tuvo esta última cultura.
Tal vez, digo tal vez, la época de las migraciones serranas o andinas desplazada por la predominación de los quechuas del Cuzco extendiendo su dominación, hizo que estas culturas florecientes en Paracas, en el segundo periodo, tuviera que resistir luchas que dio con su fin y las victoriosa tribus de la sierra se establecieron en Pisco, vivieron desde entonces a expensas del mar y del río, y los cementerios cerca a estos dos despenseros de la vida natural, lo manifiestan; fueron tribus de pescadores y agricultores, se enterraron ya no en cavernas, ya no constituyendo necrópolis, sino en tumbas construidas especialmente con este objeto, afectando la forma piramidal a base de paredones o grandes bloques de tierra constituyendo compartimientos donde se encuentran depositados los muertos.
Pero ¿cómo se llamaron estos grupos humanos en la región de Pisco? Hay dos probabilidades sobre el nombre de la tribus que existieron en Pisco, o fueron los Chinchas, a quienes lo veremos en la conquista incaica formar el señorío más crecido de la región meridional del territorio; o fueron los Callangos, Los historiadores en su generalidad afirman que los Chinchas se extendían hasta Pisco, o al menos subyugaban el régulo de Pisco y su dependencia estaba bajo ciertas convencionalidades sobre todo en la defensa en tiempo de Guerra; existen pues, tantas improbabilidades sobre el indicio seguro de señalar, cuántas y cuáles fueron las tribus que habitaban la región pisqueña sólo se les puede identificar en sus condiciones de vida por los restos encontrados que manifiestamente son de gente pobre en comparación de dos anteriores periodos encontrados en Paracas.
En el estado de tribus de ocupación marina o pescadores, con o sin propósito de resistir a cualquier invasión que viniera de la Sierra, las tribus pisqueñas fueron sorprendidas por el empuje arrollador del imperio de los Incas, o Tahuantisuyo, que habiendo dominado todas las tribus de los alrededores del Cuzco, se proponían seguir su línea de conquista hacia el Chinchaysuyo.
Y fue bajo el diecinueve emperdor Inca Pachacutishi o Pachacutec, que el conjunto de tribus de Pisco o angalla, tiene que someterse pacíficamente, previa fórmula política que los incas conquistadores usaban en estos casos.
Citemos un autor que nos confirma tan mentados acontecimientos de conquista de Pachacutishi.
(12) “Pachacutec dilató su estados con las conquistas de las provincias de Sausa, Tarma, Pumpu, Acara y Churcurpuyhuailas, de aquí se volvió con el ejército al Cuzco donde fué recibido con grandes fiestas y concluidas éstas emprendió el Inca la visita de su reino, empleando seis años, mandando edificar ricos templos para el sol, casa para vírgenes y otras obras públicas. La segunda expedición fue encomendada a su hermano Cápac Yupanqui quien en consorcio del príncipe verdadero continúo la comenzada expedición y sojuzgo a Purca, Huarás, Pisco – Pampa, Chunchuco, Huamanchuco y Cajamarca y al regreso el territorio de Yauyu que había quedado hacia un lado; fueron solemnizados estos triunfos con las más grandes demostraciones de júbilo, danzas, comidas y ofrendas hechas al sol”.
“Después de cuatro años de descanso, no contento con el acopio de tantas palmas, proyectó la conquista de los valles, pues, solo tenía ganado hasta Nanasca, más como ese territorio tenía otra constitución política; se había dividido en grandes estados y ser el temperamento dañosos a los de la Sierra, se mandaron apercibir sesenta mil hombres para poder remudar el ejército cada dos meses. Provista la mitad, salió del Cuzco, tío y sobrino y redujeron a Pisco y a Ica”.
Algunos autores afirman que los de Pisco después de haber consultado sobre el reconocimiento del gobierno del Inca, se sometieron, por que en verdad la situación no encerraba otro punto de salida, aunque de primer momento pensaron en pedir ayuda a los de Chincha, más como vieron que el auxilio de los Chinchas no sería tanto como para poder resistir a los conquistadores, se sometieron; más los chinchas llamaron hombres a la preparación de resistencia al enemigo; el Inca se vió en el caso de asegurar sus efectivos para lo cual se constituyó con todo el ejército, levantando la fortaleza que hoy se conoce con el nombre de “Tambo Colorado”: más otros autores aseguran que se llevó a trabar combate entre los Chinchas e incaicos; y vencidos lo primeros, en castigo se les impuso el tributo de sangre, sirviendo en la construcción de la mencionada fortaleza y se le llamaba “Tambo – Huarco” que quiere decir; lugar de ahorcados, pues los chinchas en este mismo lugar habían ahorcado a los primeros soldados que intentaron penetrar al territorio de los valientes Chinchas; así pues, el Inca memorializando la muerte de sus soldados allí ejecutados por la cólera de los chinchas, hizo levantar esa Fortaleza. Dejando para cuidado de los vencidos un centro de provisión, por si alguna vez se volvieran contra sus vencedores de quienes se había defendido denodadamente y sólo se les pudo reducir cuando las luchas de los ejércitos descansados de los incas bajaron repetidas veces y combatieron por prolongado tiempo.
En el Sometimiento de los Sangallas, Chinchas aguerridos y escarmentados por la derrota, la costa se vió invadida por la cultura serrana, mientras la conquista siguió hacia el norte, la constitución política de las tribus pisqueñas tuvo que reconocer al dios del Cuzco, sus creencias, sus costumbres y su vida cambiaron. En la misma influencia serrana se nota variedad con los de la costa y viceversa, de aquí que en los cementerios se encuentra claros indicios de esta época llamada incaica en la costa.
El doctor J.C. Tello apunto: (13) “En los cementerios pertenecientes a este tipo (tipo tercero de tumbas, época incaica) los cadáveres se encuentran a poca profundidad en la arena no se descubre constitución alguna. Están diseminadas indistintamente; unos al lado o encima de otros, en posición contraria, ora sentados, ora echados, su indumentaria es la conocida del último periodo de la costa como el camisón o unku las hondas, bolsas listadas de lana, porras y redes de pescar para los varones y los conocidos mantos o yacollas, túnicas, tupos orejones, tisanas de cobre y plata, diversos objetos de madera, conchas y huesos y utensilios y aparrejos de alfarería y de arte textil, para las mujeres.
.... “Llevan en la boca por lo general, una pequeña lámina de cobre, nada ayuda mejor a clasificarlas cronológicamente, estas clases de tumbas como la cabeza no deformada de los cadáveres, que corresponde al tipo bien definido, oblongo mesocefálico andino. Están envueltos en unos o dos paños de algodón blanco, bruno o verde anaranjado o están dentro de un tinajón de factura grosera”.
Y el doctor Tello dando un derrotero para peritos y profanos en el reconocimiento de cadáveres pertenecientes a esta época incaica, indica otros pormenores.
“Casi todos los cadáveres conservan todavía las partes blandas relativamente frescas y el característico olor cadavérico; y no con poca frecuencia se hallan sus prendas, collares de cuentas de vidrio, azul y verde de origen pre-colombino; todo lo cual confirma la opinión d que pertenece a gentes de periodo incaico y aún al hispano”.
En el valle de Pisco son conocidos los lugares donde se encuentran estas clases de restos de la época incaica, entre las que hay restos de adoratorios, comentarios por supuesto muy destruidos hoy, tal es la sección o inmediación del mar, cerca de la “Boca del rio Pisco, hay una Waca conocida por el vulgo como Waca de “Saman”, “Tomas Ramos”, que son las más grandes después se suceden otras muchas de pequeñas dimensiones y por último, algunas han sido arrazadas por el río; El doctor Tello, en la pampa y cerca al litoral sur de la provincia identifica algunos restos de la época incaica.
“Se ha identificado este tipo de cementerios en varios sitios en el valle de Pisco, donde como en otras partes forman los yacimientos arqueológicos más superficiales que los huaqueros denominan cementerios pobres y que por su contenido vienen a representar el resultante contacto o fusión de la última irradiación cultural andina con el último periodo de las culturas locales.
Es esta la razón porque aparecen en las mismas tumbas, vasos de tipo cusqueño, mezclados con los del estilo local.
Pertenecen a este estilo el muy extenso sitio de Juan Gil (estas tierras deben haber pertenecido al vecino de Pisco del mismo nombre que en mil seiscientos ochenta y ocho figuras en el padrón de habitantes que primero habitaron el sitio de la Concordia) que se halla como a un cuarto de legua al S. E. De Pisco, junto al basural y muy cerca al camino carretero de Pisco a Ica; los que se hallan en la parte más elevada de la península de Paracas, cercana a la garganta y los que en número de 4 a 5 se suceden en hileras desde la Puntilla hasta el pie de Cerro Colorado entre los basurales que bordean la playa, por el occidente; los cerros denominados Waca Blanca por el oriente”.
Así bajo la dominación de los incas han transcurrido los años en que la organización incaica se dejó notar, principalmente en la labor o arte de la guerra. Se suceden los emperadores incaicos, la extensión del Imperio ha de llegar con Huayna Cápac al reino de Shiris. Como sabemos, por este mismo tiempo, todo el Tahuantinsuyo se encontraba entrelazado por una red de caminos, los que iban de la costa al interior, los que venían por todo el largo de la costa, hasta esta región para enseguida ir al Cuzco. Así los españoles encuentran en la región de Pisco unas tribus dedicadas a la agricultura y a la pesca, gobernando a éstas, el señor llamado Xulca Chakaylla o el Sangallan de los conquistadores.
Cuando los españoles llegaron a la región de Pisco o Sangalla, el núcleo poblado de naturales se encontraba no en la orilla de mar, sino en la parte alta o cabecera de la quebrada, en tal forma que los primeros conquistadores que dieron con estos llanos y que ya veremos más adelante veían en busca de lugares para fundar población española y cambiar la de Jauja, de clima malsano, creyeron lógico y según las leyes de poblaciones, fundarle en Sangalla.
Como la noticia de la muerte del inca había corrido en boca de todos los subditos y según los últimos convenios entre españoles y naturales, reconocieron a Manco II como emperador del Imperio, no tuvieron inconveniente alguno en recibir a sus nuevos aliados, los representantes del Inca en Pisco.
Existe una tradición desde cuando aparecieron los españoles en esta parte del territorio y es la siguiente:
A las noticias de la llegada por estos lugares de un grupo de españoles el jefe salió a recibirle y por intermedio de un intérprete que traían, le manifestó que era dueño de toda esta tierra de Psiscochankaylla y que él se llamaba Husku, es decir uno de los tantos señores que habían sido señores de estos lugares; y señalando hacia el oeste, en el azul del mar, dijo que allí estaba su más remoto origen en esa tierra que emergía y de allí venía su nombre, la tierra también se llamaba Chakaylla. Así mismo dijo que a esa altura quedaba el con fin de su dominio; dijo de las islas, que en grupo grande se notaban, era el origen de los chincha. Tenía aún en su cabeza que los antepasados lo contaron que cuando recién se encendía el cielo, mucho y remoto tiempo, cuando aun los chinchas no conocían esta tierra apareció el divino progenitor de sus ascendientes; a su aparecimiento la tierra se movió, pero que el le hizo quedarse quieta y a la vez ordenó produjera frutos, mientras de la isla bajaban hombres que obedecían al jefe su descendiente; cuando las frutas se acababan el mar les deba pescado para que se alimentaran, lo mismo que el río les proporcionaba; hasta que la tierra volvia a dar frutos buenos y sabrosos. Le dijo también de las guerras que tuvo que sostener con los que habitaban por los cerros, de un poco tiempo a esa fecha le recordaban los hechos de sus abuelos quienes le enseñaron de las hazañas de sus antepasados que vino un pueblo aguerrido, hicieron alianza, más los chinchas por no creer les costó caro, pues cayeron en poder de los que venían sometiendo, y para terminar les dijo, que él estaba muy contento de acuerdo con el gran emperador hijo del sol, él les ofrecía su amistad y su reverencia como nuevos en el territorio, pues había sabido que por mar habían llegado unos individuos que muy posible trataría de bajar a tierra y apoderarse de sus dominios, los de Sangalla le pedían a ellos auxilio por esto, los aconsejaban que fundara su población allí cerca de ellos.
Fundaron por este consejo la población de Sangalla.
Esta tradición casi nada conocida nos brinda quizá una de las verdades sobre la duda remarcada del primitivo nombre de la región hoy llamada Pisco, Podemos citar al respecto y la que encontramos en Raimondi.
(14) “El nombre primitivo de Pisco, según Cieza de León en 1555 era Sangalla; según Garcilazo, era Pisco”.
Ya lo demostramos en la etimología nacional de la palabra que en sí guarda tan complicado problema como los distintos nombres de las regiones y poblaciones del Perú; el autor del presente trabajo expone bajo el apoyo de los lingüistas y chechustas que se han ocupado con merecidos méritos de formar diccionarios y tratados de Gramática del quechua (15).
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