VIII.- DISTRITOS DE LA PROVINCIA DE PISCO.- HUMAY.- SAN ANDRÉS.- HUÁNCANO.- PISCO.- INDEPENDENCIA.- LA VIRTUOSA HUMAYINA.- LUISA DE LA TORRE.
(DISTRITO DE HUMAY)
Al tratar de este distrito es preciso hacer una especie de sumario de sus antecedentes históricos, que no van muy lejos a los de esta misma provincia de Pisco.
Humay o San Pedro de Humay, es una población muy antigua desde la época incaica a la de la conquista y Colonia, su disposición geográfica ha hecho que se conserve; le rodea un productivo valle donde las cepas, se cultivaron y la elaboración de sus vinos tuvo alguna importancia como hasta la actualidad sucede.
En la división Eclesiástica, como ya hemos dicho, que era la que regía en la colonia, Humay comenzó por ser curato dependiente de la doctrina de Pisco, más tarde se hizo, Vice – Parroquia como la de Pisco, formando por si la doctrina de Humay de aquí que tuviera su cura propio y llevara una relación de sus papeles que forman el archivo de ese pueblo. Ya en la República es elevado a Distrito (25 de Junio de 1855).
Desde este año es considerado en las obras geográficas, como ya hemos, anotado al declararse reconocida la Provincia Litoral de Ica, por decreto supremo del libertador Ramón Castilla.
Lo describen así (23).
“Humay – Este distrito de la provincia de Pisco comprende no solo todo el valle del Cóndor sino el de su nombre, situado al sur de él, que se extiende al Norte hasta el devortim aquarum con el río Chincha”.
El pueblo de Humay era tan notable que para la jura de la Independencia se levanta acta solemne con asistencia de su cura párroco, prelados y vecinos notorios (24).
Durante la Guerra con Chile el pueblo de Humay fue un reducto peruano, en él se replegaron los de la “Guardia Nacional de Pisco” y con los que allí estaban, los chilenos no pudieron entrar en el pueblo, sino después de pedir refuerzos, combatieron los peruanos el 22 de Enero de 1881, con grandes desventajas ara poderse sobreponer, todo fue en vano.
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(23) Diccionario Geográfico del Perú 1918.
(24) El Terruño T. – I.
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(23) Diccionario Geográfico del Perú 1918.
(24) El Terruño T. – I.
Los chilenos al apoderarse de la población procedieron a destruir, por medio del incendio y destrozaron la bodega donde se conservaban los licores, fusilaron a los prisioneros que calleron en su poder.
Durante la revolución del noventa y cinco, Humay también fue centro de operación de los de la “Coalición” allí el propio don Nicolás de Piérola y con don Manue Vicente del Solar y los pisqueños, Silva, Álvaro y Marta Reyes, la célebre Marta “La Cantinera”, Oré y Dagnino acordaron seguir hacia el norte, pudiéndose decir que Humay por esos días fue el cuartel General de los pierolistas.
Muchos son sus distintos hechos sobresalientes que ha tenido esta población comprendida política y administrativamente como capital del distrito de Humay. Forman su jurisdicción los siguientes centros poblados o caseríos y haciendas o fundos:
Humay, población capital del distrito (La palabra Humay significa Cabeza en quechua).
Monte Sierpe, Pallasca, Miraflores, Bernales, San Ignacio, Monterola, Casa Concha, Lima la Vieja, Las Palmas, La Floresta, Montalván, Guaya Grande y Chica, La Capacha, Letrallo y Pariguaná, Huaya.
PRODUCCIÓN.- A los alrededores de la población hay hermosas huertas donde se cosechan desde las uvas hasta los granados y membrillos, duraznos, guayabos, ceresos, pacaes. Algunas verduras y chacras se sementeras de pan llevar; flores y jardines cultivados con esmero se puede decir constituyen los alrededores del pueblo.
En sus fundos y haciendas comprendidos en su jurisdicción se siembra algodón que cosecha no de tan buena fibra a que dijéramos de primera calidad, pero si abundante. Su clima es templado y excelente.
POBLACIÓN.- Es uno de los tres distritos que tiene la provincia de Pisco más poblados, actualmente cuenta con 3,140 habitantes.
Lo habitan mestizos, negros, zambos, antes era residencia de algunos blancos dueños de sus haciendas, de aquí que su principal ocupación sea la agricultura.
Entre sus edificios públicos se cuenta una plazoleta modernizada y una iglesia de antigua construcción pero hoy reformada.
SITUACIÓN.- Este distrito está situado en la parte NO. de la ciudad de Pisco de la que dista 38 kilómetros.
EXTENSIÓN.- Su extensión es de 2,062 Km2; se comunica con la sierra y la costa por medio de la carretera Castrovirreyna Pisco que empalma con la carretera Panamericana antes de llegar al Puente de Huamaní.
GOBIERNO.- Está administrada política y administrativamente por un alcalde, un gobernador, y en lo judicial por un Juez de Paz; con delegado ante el concejo provincial de Pisco. Un puesto policial y una central telefónica.
Cuenta con una dependencia de recaudación de la Caja de Depósitos y Consignaciones, encargada de la venta de timbres, papel sellado y cobranza de predios rústicos de ese lugar.
EDUCACIÓN.- Para la enseñanza tiene una escuela elemental de varones y otra de mujeres a cargo de una directora y director respectivamente; su población escolar asciende a niños y niñas matriculados, rindiendo examen en un promedio de 150.
EL VALLE DE HUMAY DURANTE LA OCUPACIÓN CHILENA
I
El presente artículo es acogido por el autor por tratarse de los historiadores que para el departamento representa uno de los pocos valores que se han ocupado gratuitamente de nuestra tradición y antecedentes en la vida civil y eclesiástica, dejando en sus 16 años de labor fecunda, en la revista “La Voz de San Jerónimo” de Ica, sincera y meritoria obra histórica, imposible de ponerla al olvido de nuestro reconocimiento.
El Valle de Humay durante la última guerra con Chile sirvió de campo de operaciones a varios grupos montoneros que en distintas ocasiones osaron atacar a los destacamentos chilenos.
Algunos de estos encuentros todavía son objeto de comentarios de parte de los hombres ya entrados en años, y merecen ser conocidos por la juventud que ha de aprovechar la experiencia de sus padres.
Pues bien, el dos de Enero de mil ochocientos ochenta y uno, una fuerza enemiga compuesta de más de doscientos hombres de caballería e infantería se dirigió hacia el pueblo de Humay. Su fin era la requisición de víveres y el castigo de estos guerrilleros que como aves de rapiña estaban asechando día y noche a las tropas de ocupación, llevándose al momento menos pensado a los hombres de retaguardia o de las avanzadas.
Pero los guerrilleros peruanos que eran unos sesenta armados de fusiles MINIE, sin atacar de frente a los invasores, le tendieron emboscadas, y tras de las tapias y quinchas dispararon balas certeras desapareciendo ellos entre los montes. Cayeron en el trayecto unos cuarenta chilenos. Entre ellos un oficial que tenía según dicen grado de capitán, el cual fue herido de muerte al pie de una cruz de la hacienda Gamonal.
Entrando en el pueblo los chilenos lo encontraron vacío, pues los habitantes prevenidos habían huido. Para vengarse despojaron la Iglesia y las casas, y luego echando mechas de kerosene sobre los techos de las habitaciones prendieron un vasto incendio. El cielo puro de Humay se obscureció durante varias horas por la nube e humo negro y las pavesas que subían de tierra.
De los guerrilleros solo seis u ocho perecieron víctimas de su temerario arrojo. Se cita entre otros al Gobernador de Humay “El Valiente Juan Junchaya”. Recibió este una bala en la pierna, y conteniendo como pudo sangre con las ligaduras de su pañuelo. Se arrastró lejos del camino y atravesó una pequeña tapia y se escondió en una acequia sombriada de carrizos. Allí lo encontraron unos amigos que vinieron en la noche en su busca, y lo llevaron a una casa vecina. Pero nunca faltan traidores, Un tal Santos Hernández peón de la hacienda de San Ignacio señaló a los chilenos el paradero de Junchaya y estos fueron a victimar al valiente gobernador.
Después de quemar el pueblo de Humay una partida de chilenos regresó a Pisco acompañando el cadáver de su oficial. No teniendo sudario aparente buscaron entre los despojos que se llevaban la tela más rica que había y se fijaron sus ojos en el manto de seda de la Virgen de Guadalupe. Y en los pliegues del hábito de la Purísima envolvieron las carnes putrefactas del soldado chileno, sin que nadie los presente protestaría contra esta profanación. Se hicieron las excequias solemnes en el templo de San Clemente de Pisco con asistencia de todo el ejército disponible, y siguiendo en lo de profanar los templos, los chilenos enterraron allí mismo el cadáver de su ilustre compañero.
Más tarde, al terminar la ocupación enemiga, uno de los primeros actos de las autoridades peruanas fue sacar este cadáver del lugar santo y levarlo al cementerio general.
Otra partida de chilenos internóse por la quebrada del Valle del Cóndor, sembrando por doquier el terror y cometiendo mil atrocidades, especialmente en el caserío de Hualla.
De regreso arriaron con toda la caballeriza que pudieron encontrar y con mucho ganado lanar y vacuno sin contar los pavos y gallinas y los chivatos llorones.
Algunos de los ganaderos desposeídos entrando en justo furor se juntaron en frente a Miraflores e hicieron fuego sobre esos forajidos vestidos de uniforme militar volviendo a recuperar una parte de los animales.
II
Estos datos que recordamos según testimonios orales vienen también escritos en curioso documento que tenemos a la mano.
Es una canción triste que en el tono de los yaravíes, canta las “desventuras de Humay”. Su autor fue un sencillo e inhábil cancionero rústico el mismo que compuso las “desventuras del Milino”; llamado Manuel Donaire otros dicen Manuel Franco.
Las estrofas aunque incorrectas en la forma y algo obscuras en el sentido valen la pena ser conservadas, deseando solamente que quien tenga un texto más auténtico se sirva a presentarlo.
LAS DESVENTURAS DE HUMAY
En el año ochenta y uno
Más de cuarenta mataron
Sin tener ninguna cuenta.
Al pueblo de Humay quemaron.
1°. El Domingo dos de enero.
Como la una del día
Empezaron a echar fuego
Con bárbara tiranía.
Chilenos fueron dos cientos
Y los peruanos sesenta.
Les pareció mucha cuenta
El matar a seis uno por uno.
A los bizarros peruanos.
En el año ochenta y uno
2° Julián Prieto y Berrocal
Y valiente Juan Junchaya
Murieron en la batalla
Y sin poderse llorar,
Causante Santos Hernández
Que de traición quiso usar,
Por la haciendo Gamonal.
A los chilenos rechazaron:
A los bizarros peruanos
Más de cuarenta mataron.
3° Un oficial muy valiente
Que los chilenos decían
También murió ese día
En compañía de su gente.
A la Virgen de Humay le quitaron
El manto ¡Oh que horror!
Envuelto el invasor
Muerto, como una gran fiesta
Y en Pisco lo enterraron
Sin tener ninguna cuenta.
4° Cuando fueron para Hualla
Cometieron mil horrores.
Y los peruanos lo esperaron
Enfrente de Miraflores.
Regresando con ganado.
Y se juntaron dieciocho o veinte
Y allí fuego le echaron
A esos bárbaros chilenos
Que el pueblo de Humay quemaron (25)
III
Los chilenos organizaron contra los guerrilleros de Humay y otra batida más seria, el 22 del mismo mes y año, y esta vez consiguiendo un fácil triunfo, fusilaron a muchos prisioneros y destruyeron un gran número de propiedades.
Y después del 2 de Octubre del año 82, día del combate de Los Molinos, sabemos que parte de la tropa de Octavio Bernaola se dirigió a Humay a juntarse con los montoneros de ese lugar.
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(25) Falta para completar esta estrofa un décimo verso que se perdió en la transcripción de la canción, todas las otras estrofas tienen diez versos.
Dicho periódico a fecha de ocho de Noviembre escribe: “Hemos recibido noticia de que el Jueves último salió una ligare expedición de Pisco con dirección a Humay con el objeto de batir los restos de la montonería que por esos lugares hubiesen quedado.
La expedición encontró limpios todos esos lugares hasta la hacienda San Ignacio. Allí tuvo lugar un choque con una partida de ocho a diez montoneros que al ser acometidos trataron de hacer resistencia.
Después de unos pocos minutos huyeron dejando en el campo cuatro o cinco muertos. Entre ellos últimos se encuentran los conocidos jóvenes de esta localidad Mejía y Rueda, hijo el primero del señor José Y. Mejía y el segundo de Don Joaquín Rueda.
La terrible guerra del 82 todavía no ha terminado. La última batalla se libra actualmente en Tacna y Arica, bajo las miradas angustiosas de ambas naciones y el setro del general americano Pershing. Lo que no consiguieron los bizarros peruanos en el 82 con las armas sangrientas esperamos que lo consigan ahora con los votos. Con ello ha de contar la Justicia. Y cuando esto se verifique, todos los guerrilleros que duermen en las pampas de Pisco y los arenales de Ica, exaltaran de alegría y bendecirán el día de la venganza de su sangre y el rescate de las cautivas (26).
Ica, Setiembre de 1925
CRIC
ALCALDES DEL DISTRITO DE HUMAY
Solo hemos hallado entre los libros existentes en los archivos del distrito, del año 1898, como se puede observar; sus libros no están completos y por lo tanto de la fecha que dejamos indicada nos ha sido posible obtener lo que aquí publicamos:
1898 Manuel Oliva - 1876
1899 Lucio Gutiérrez
1899 Dr. Enrique Rivera.
1901 Manuel Paredes
1902 Féliz Rondón
1903 Féliz Rondón (Marzo)
1903 Armando Macedo y Maza.
1903 Vicente F. Bolívar (accidental, Agosto)
1903 Armando Macedo y Maza (Setiembre)
1904 Vicente Bolívar
1904 Armando Macedo y Maza
1905-6 Armando Macedo y Maza
1907-20 Armando Macedo y Maza (enero agosto)
1920 José Clemente Bravo (agosto)
1932 José Clemente Bravo, (agosto)
1923 Pedro Arriola
1923-26 Pedro Arriola.
1932-34 Humberto Calderón
1927-32 Roberto Meza Ampuero
1934-38 Roberto Meza Ampuero (22 de Marzo)
1938-40 Daniel Zavala
1940 Víctor Castillo
1940-42 Roberto Meza Ampuero (17 de octubre).
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(26) La Voz de San Jerónimo N° 156 – 15 de Setiembre de 1925 – Pág. 289.
“LA
BEATITA DE HUMAY” LUISA DE LA TORRE ROJAS – DATOS BIOGRÁFICOS POR EL R. P.
ENRIQUE PERRUQUET.
Tradicional
es la vida de Luisa de la Torre Rojas, conocida por la Beatita de Humay. Esta
humayina de nacimiento pisqueña, por comprender el distrito de Humay a la
provincia de Pisco. Nació el 21 de Junio de 1819 siendo sus padres, Agustín de
la Torre, español y doña Isabel Rojas India. Según se apunta fueron ellos de
holgura, pero habiendo perdido su posesión por los disturbios que los
movimientos en favor de la independencia, siguieron con paciente resignación su
nueva condición de pobre, así dentro de ese ambiente hubo de crearse la
predilecta sierva que predestinada a la bondad, sacrificó por el prójimo
alcanzó el reconocimiento general de su vida ejemplar.
La
fe y su honda religiosidad depositada en La vida y pasión de Jesucristo, la
hizo de las más conocidas personas que el pueblo de San Pedro de Humay tenía en
ese entonces, el conocimiento de mil remedios, la prolijidad con que sus manos
se ocuparon en hacerle a los demás a nombre de su santo señor; fue para que
pasara como dechada de verdadera maravilla, que tal que habrían convertido en
sus intenciones todo bien que hacía.
Luisa
era hermana uterina de Carmen, ellas fueron en el pueblo el refugio donde la
ignorancia se despejaba, se aprendía el arte doméstico y se recluían los
necesitados.
(27)
“¿Necesitaba algún niño aprender las primera letras, o algún ignorante conocer
los rudimentos de la fe? Lo mandaban a las hermanas de la Torre. Al mismo
tiempo preparaba remedios caseros para los enfermos de las haciendas y ella
aplicaba estos remedios. Carmen principalmente, enseñaba a veces bordado o
costura a algunas niñas aprovechadas”.
“La
casa de la Beatita es oratorio, es taller, es escuela, es hospital y hospedería
gratuita”.
Tantos
son los relatos sobre estos hechos en la vida práctica cuya recompensa no tiene
otro precio que el buen corazón humano con el que fue dotada esta criatura
cuyos ejemplos llenaron y consolaron a quienes le sirvió, que no solo pudieron
admirarle, sino, que elevarla al privilegio sacrosanto de la más pura fe.
Y a
esto es preciso agregar la personalidad del padre sabio confesor y director
espiritual Dr. Julián de Endérica, es decir el conocedor de las facultades de
esta imagen del ideal cristiano, al cual es tan difícil llegar. Pero se puede
decir que la influencia externa ante esta humayina predilecta, debía hacer
culminar en el más reconocido mérito de haber sabido dirigir y llevar a la
perfección sublime de la fé. Con sus directores como el ya indicado, el
reverendo P. Fray Ramón Rojas y el de la del Dr. Mayurí, su vida quedó
consagrada a ser digna de imitación.
A
los cincuenta años o sea el 21 de Noviembre de 1869 muere esta humayina cuyo
proceso de beatificación se ha compensado bajo un tribunal, que ha sido elegido
con tal fin.
Para
justificar una de las verdades sobre la vida de la Beatita de Humay, no podemos
dejar de consignar los artículos que escribe el Padre Enrique Perruquet, que
fue el primero que se preocupó en revelar todo lo que existía sobre la Santa
Humayina. La piedra agular de todo lo que se hizo y se ha hecho sobre su
proceso, hay que decirlo, se debe al Padre Perruquet, quien es para nosotros
los iqueños, el precursor del fundamento histórico de la vida de los pueblos
que forman el concierto del Departamento de Ica, feliz idea del sacerdote que
supo sembrar sobre la juventud la sencilla del amor a la tierra que nos viera
nacer. Así es que el autor de estas líneas supo y reconoce que a través de sus
artículos publicados en “La Voz de San Jerónimo”.
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(27) Recuerdos de la Beatita de Humay – por el R. P. Medardo Alduan, C. M. F. – Lima – 1938 – Pág. 18.
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(27) Recuerdos de la Beatita de Humay – por el R. P. Medardo Alduan, C. M. F. – Lima – 1938 – Pág. 18.
Sugirió
la idea de continuar las rebuscas de los hechos históricos que hoy, después de
largos años de constante labor concretan en una obra. Es pues, una gratitud la
que se le debe al Padre Perruquet y por lo que de ninguna manera hay que
olvidarlo ni dejar al margen los que con el han ayudado a perpetuar su
actuación, quiero referirme al R. P. Adrián, quien siempre desinteresadamente
presta su contingente de beber en la fuente histórica que son hoy los
Fascículos titulados DEL TERRUÑO O ICA A TRAVÉS DE LOS SIGLOS, editados en Ica
en la Imprenta Fray Ramón – 1927 – 1930. En el N° 10 de los Fascículos de Ica,
a través de los siglos se encuentra el apéndice dedicado a los datos
Bibliográficos de la Beatita de Humay y hoy vacilamos en esta parte de la
Monografía de Pisco.
LUISA
DE LA TORRE O LA BEATITA DE HUMAY
Datos
Bibliográficos
LA FLOR
EN SU FRUTO.- El pueblo agrícola de San Pedro de Humay, de la provincia de
Pisco, frente a una panorama de viñas y algodones, nació Luisa de la Torre,
alma de Dios, fuerte y tenaz como pura cepa, blanca y suave como capullo de
algodón.
Nació
ella el 21 de Junio de 1819, día de San Luis Gonzaga quien le dio su nombre y
la encarriló por el camino de la Santidad.
Le
echaron el agua de socorro el mismo día, pero las ceremonias del bautismo
fueron diferidas hasta tiempo más oportuno, es decir tres meses más tarde.
Su
partida de Bautismo tal como se conserva en el archivo parroquial de Pisco, a
la letra dice: “En esta Iglesia Parroquial de Pisco, en veinticuatro días del
mes de Setiembre del años del Señor de mil ochocientos diecinueve; yo el cura
exorcise, puse oleo y chrisma a una criatura de tres meses de nacida a quien
bauticé en caso de necesidades y le puse por nombre Luisa, hija legítima de don
Agustín de la Torre y doña Isabel Rojas residentes en este pueblo. Fue su
madrina en ambos actos doña Mercedes Moreno a quien advertí el parentesco
espiritual que había contraído y para que conste los firmo.- (Firmado) Santiago Domínguez”.
A
continuación viene en el registro la Partida de bautismo de Carmen de la Torre,
melliza con Luisa, y durante toda su vida inesperable compañera.
Don
Agustín de la Torre y doña Isabel Rojas, españoles de sangre y religión,
constituían un virtuoso matrimonio que tenía a su cargo, según se refiere, la
administración de pequeño fundo agrícola.
Corrían
entonces los tiempos de la Independencia Nacional. San Martín desembarcó en la
Bahía de Paracas, en viaje por todas las comarcas vecinas a sus emisarios con
el fin de hacerse de los víveres y recoger reclutas. Bien supone que todo se
iría a pedido de boca. Entre partidarios del Rey y los soldados de la Patria
surgían escaramuzas y refriegas a veces sangrientas. En uno de esos encuentros
cayó mortalmente herido don Agustín de la Torre, y quedó su cadáver tendido a
lo largo del camino. Cuando fue recogido y se trató de darle sepultura
cristiana se dice que los diminutos brazos de luisita – tendría dos años – no
querían soltar el cuello de su padre.
La
niña Luisa fue criada por su piadosa madre, pero cuando está siguiendo de cerca
a su esposo dejó de existir, fueron las tías, Panchita y Juanita quienes se
encargaron de las dos hermanitas.
Entre
las dos niñas – bien se supone – había gran parecido de facciones y modales,
sin embargo Luisa tenía la tez más blanca y la estatura ligeramente más alta.
Ambas eran de cara limpia y tersa no afeada por la viruela, que en aquel
entonces reinaba en forma endémica. Ninguna de ellas gasto mucho tiempo en
colegio y en estudios. Una vez que supieron leer, escribir y rezar, se
perfeccionaron por si solas hojeando el gran libro de la naturaleza, y
obedeciendo a las inspiraciones de la gracia.
Nota
del carácter de Luisita fue desde un principio una suma y candorosa confianza
de la Divina Providencia. Casi podríamos decir que a imitación de Santa
Teresita de Jesús, ella fue una niña engreída y mimada del Padre Celestial. La
única anécdota de su infancia que conozcamos es casualmente (suponiendo que sea
cierta) un caso de paternal engreimiento hacia un infantil capricho. Deseaba
Luisita tener, como algunas de sus compañeras un vestido de seda (la piedad no
acaba con resabios de vanidad) pero en casa ni había como comprarlo. La niña no
logrando de la familia su intento, se puso a rezar con fervor para que Dios lo
realizare. Y con milagro de bondad, Luisa al atravesar no se que terreno
arenoso, vió brillar como un ojo de fuego, se acercó y encontró una pepita de
oro, del tamaño de una onza, la que vendida alcanzó a pagar el traje codiciado.
Supongo que más tarde la buena Luisa se reía a contar esas pretensiones infantiles sin dejar por esto de enaltecer la inagotable y cariñosa providencia.
¿A
qué época se remontarían en la vida de Luisa las prácticas de piedad
extraordinaria y los prodigios con la que favoreció Dios, llamado la atención
de sus coterráneos? No lo sabemos ya estamos demasiado distantes de las fuentes
históricas para poder contestar a toda pregunta curiosa. Lo único que nos incumbe a trazar, según los testimonios recibidos, los puntos culminantes de
esa alma de Dios, cuando ya llegada al apogeo de la fama, todos la conocían con
el significativo apodo de “Beatita de Humay”.
BIOGRAFÍA
SR.
ROBERTO MEZA AMPUERO
ALCALDE
DEL DISTRITO DE HUMAY
Nació
en el distrito de Huáncano el 7 de Junio de 1881, hijo de don Evaristo Meza y
de la señora Gregoria Ampuero.
Comenzó
sus estudios primarios en la escuela Elemental dirigida por el pedagogo Manuel
Salazar, continuándolos en la escuela dirigida por el menos recordado maestro
de la Juventud iqueña, señor Sánchez Guerrero.
En
1896 ingresó al histórico Colegio Nacional de San Luis Gonzaga de Ica donde
cursó hasta el 3° año de instrucción media. Pasó luego a continuar sus estudios
secundarios en la capital de la República (1899) en el Colegio Labarte. En 1900
hizo su 5to año. de media en el Colegio Nacional de San Ramón de Ayacucho. Por
el año 1901 regresó nuevamente al Colegio Nacional de San Luis de Ica donde
terminó el 6to. Año de media ya que por ese tiempo comprendía el último año de
instrucción secundaria.
En
1902 ingresó a la Universidad Mayor de San Marcos de Lima, formando parte de
ese grupo de alumnos que más tarde daba nombre al país con su dedicación y
conocida reputación de inteligentes: los hermanos García Calderón, Juan
Bautista Lavalle, Ricardo Palma y otros. Con ellos estudió el primer año de Derecho.
Motivos de salud le imposibilitaron continuar sus estudios, dedicándose a la
agricultura.
Como
hombre público, en repetidas oportunidades ha desempeñado el cargo de alcalde
de los distrito de Huáncano y Humay, ambos han recibido del dinámico funcionario
el más connotado impulso.
El
distrito de Humay durante los períodos que se suman a los 11 años de labor
consecutiva, ha logrado poner las veredas de las calles del distrito,
refaccionar por dos veces la iglesia de la virtuosa Luisa de la Torre, ha dado
un aspecto atractivo a la entrada de esa población haciendo sembrar la alameda
de Álamos, conocida es su labor y su especial consideración que gozó el señor
Meza en el distrito y en la provincia de Pisco, murió el 30 de Agosto de 1942.
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