IV.- LA
ACTUACIÓN DE LOS PISQUEÑOS EN LA REVOLUCIÓN DEL NOVENTA Y CINCO.- DON MANUEL
VICENTE DEL SOLAR.- MARTA REYES “LA CANTINERA” Y OTROS.
Vamos a ocuparnos de uno de
los aspectos de las convulsiones intestinas del Perú, cuyo presente histórico
había quedado desde 1835 1842, cuando Salaverry y Santa Cruz; Torrico y La
Fuente, se disputaron la supremacía para obtener las riendas del poder, quiere
decir que cosa igual se presentó en 1891, Cáceres se impuso y en 1895, Piérola
tuvo la ocasión de entrar por primera vez el lema democrático, en que el
militarismo fue derrotado y una nueva orientación se diseñó para llevar por
mejor camino.
El
porvenir de la administración pública, hasta entonces no era el más grande
despilfarro
en la organización, pues, se diluía la fuerza vital que otros
países hermanos supieron aprovechar, fundamentándose más fuerte en el concierto
de las naciones de este continente nuevo; a Piérola le debemos toda una época,
que ha sido comprendido a partir de 1900 hasta nuestros días. Es por esto que
la denominación que cabe darle al jefe democrático, es el de Grande. En la
actuación de Piérola, Pisco contribuyó con el contingente de sus hombres,
haciendo de la causa el emblema de la patria y de los fueros políticos una
santa religión, en que todos los peruanos comulgarían para hacerla fuerte y
vigorosa, firme y constante en la existencia de sus instituciones tutelares que
hoy felizmente van por la senda del progreso.
En
1894 Piérola se encontraba en Valparaíso; como sano y buen peruano, seguía de
cerca la política del Perú, y como dicen de lejos el horizonte que se
vislumbraba es más vasto, vio la ilícita administración de Andrés Avelino (10)
Cáceres y sus colaboradores, al extremo que de verse obligado a protestar en
nombre de la nación de tales hechos. El eco del demócrata tuvo adeptos y firmes
adherentes a su protesta y fueron los primeros en dar la voz de alarma, preparar
y caldear el ambiente en contra del gobierno en el país y en forma
sistematizada emprendieron los disturbios sobre todo en el Nrte, Piura y en el
Sur Cañete y Pisco.
(11)
Don Manuel Vicente del Solar comenzó a concentrar y armar hombres y a tener como
colaboradores a los pisqueños: el Mayor José Manuel Román, Teobaldo Abelardo y
José Silva; Toribio Pérez, Armando Zuza, Jesús Zavala, Camilo Alvaro, Víctor
Yllescas, Gonzalo Mayorga y Marta Reyes (La Cantinera) por cierto que estos no
fueron todos, sino los que llegaron hasta la consumación de la victoria.
Antes
de seguir apuntando los acontecimientos del noventa y cinco demostraremos
algunos antecedentes sobre Marta Reyes “La Cantinera”.
Pisqueña
que los viejos del lugar dan señas de la casa en que vivía en la primera cuadra
del Jirón Bolívar – hoy Progreso – formando esquina con el Jirón Bolognesi,
cerca de una huaca y en plena inmediación a la plaza de armas del pueblo.
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(9) Ya en el Terruño dejé apuntado sobre este capítulo, que hoy por hoy el Perú y Chile no se guardan rencores y por tanto los documentos solo sirven para acoplar acontecimientos en la vida histórica del Perú.(10) Jorge Guillermo Leguía – sobre el segundo nombre de Cáceres dice “Su verdadero nombre era Andrés Alfredo” – “El Héroe”, artículo publicado en la Edt. Ercilla “Hombreo idea del Perú” – 1941 - Pág 26.
(11) Datos del artículo publicado en “La Reforma”, el 3 de Noviembre de 1940 – por el joven estudioso iqueño – Pablo Cabrera P.
Dicen
allí vivía Marta, se había comprometido con un comerciante, era hermana de
(Chorrillano) Luis Reyes hojalatero del pueblo; cuando la revolución su puso de
lado de don Vicente Solar para combatir por Piérola; le acompañó hasta el grado
de Capitán, su madre se llamaba Aguedita, connotada porque hacía los célebres
“Nacimientos del Niño Dios”, Marta al entusiasmo de la revolución se hizo, lo
que antes se daba el nombre de “Rabona” o sea aquellas mujeres que andaban con
sus favoritos que eran militares o simple revolucionario. Al plegarse a los
revolucionarios a Chincha Alta. Por un craso error en la información de un
número de “El Comercio” de Lima se publica esta nota: “En este último (dando
cuenta del desfile de los pierolistas que entraron a la capital el 22 de Marzo
de 1895, el cuerpo de caballería) iba la hermana del coronel Oré, cuyo valor en
la campaña viene elogiándose mucho tiempo por ser muy superior al de su sexo.
No era tal como lo dice la nota de “El Comercio”, hermana del Coronel Oré; ni
mucho menos huachana como lo dice el libro.
“La
Mujer a través de los Siglos” Tomo segundo, escrito por Elvira García y García,
ya lo hemos dicho es pisqueña y muy conocida por los vecinos de este lugar.
Continuando
ahora la actualización de los pisqueños en el noventa y cinco, debemos
proseguir:
El
prefecto del Departamento de Ica entonces, don Fernando Carrillo, sabedor que
el cuartel de la gente de don Vicente del Solar estaba en su propia hacienda en
San Jacinto, ordenó que el suprefecto de Pisco, el sargento Mayor Don Octavio
Diez Canseco, hiciera tomar a don Vicente del Solar, para lo cual se mandó un
piquete comandado por el Capitán Isidoro Zapatero; pero como estaba dispuesto
en la casa hacienda en San Jacinto que era una especie de fuerte con sus
torreones, y con sus paredes con mampostería y sus respectivos subterráneos no
pudieron los gobiernistas lograr su propósito, por el contrario la gente de don
Vicente del Solar, les hicieron poner pies en polvorosa, sucediéndoles lo que
dice el adagio fueron por lana y salieron trasquilados.
En
vista de que se agravaba la situación pues, los rebeldes creían más y más, al
extremo que salían patrullas revolucionarias, entraba a la población y la alarmaban, con sus disparos y sus ¡Viva
Piérola! Y ¡Muera Cáceres! Y egresaban nuevamente a su cuartel de San Jacinto;
se decidió cambiar de subprefecto haciéndose cargo
don Fernando Carrillo de la Subprefectura de Pisco.
Pero
en estas condiciones los revolucionarios encontraron coyuntura para planear la
toma de la provincia apoderándose de ella militarmente y para lo que se acordó
que tanto el cabecilla Oré de Chincha, García de Cañete concentraran su fuerza
a la de don Vicente del Solar en Pisco y así lo hicieron el 14 de Julio de
1894.
El
ataque se efectuó en la madrugada pero sin ningún resultado favorable para los
atacantes, pues el prefecto Elías advertido dispuso un piquete dirigido por el
comandante Guerrero a quien le costó una herida de gravedad. Los
revolucionarios se retiraron a la hacienda de San Jacinto.
El
prefecto de Ica reforzó la guarnición gobiernista con una columna mandada por
el Coronel Lorenzo López “Cazadores de la Libertad N° 3” a cargo del comandante
Baldomero Espinoza; efectuose toda una completa defensa de sitio donde se creía
estaba el núcleo de la revolución en el sur o sea Pisco.
Piérola
por otra parte se trasladó al campo de acción desembarcando en “Puerto
Caballas” y pasó a Humay sitio propicio para plegarse a don Vicente del Solar
que con los pisqueños ya mencionados. Era el mes de Octubre cuando Piérola
asumió la jefatura en verdadera acción de la revolución, al extremo de formar
su gobierno con la denominación “Delegado Nacional”, acompañándole en calidad
de ministros: de Hacienda, don Enrique Bustamante y Salazar y Secretario de
Guerra, el doctor Pedro Pablo Arana; dirigióse al país el 4 de Noviembre de
1894, en los términos de un manifiesto, donde se explicaba la misión y el
propósito que le llevaban a consumir la revolución al gobierno de Cáceres.
En
los últimos días del mes de Diciembre del año 1894, las refriegas de los
revolucionarios contra los gobiernistas se acentuó al extremo que estos últimos
obligados materialmente retirándose hacia Lima, y 17 de Enero de 1895 los
revolucionarios entraban a Chorrillos y efectuaban una arremetida de fusilería,
dieron a comprender que eran capaces como para apoderarse de la Capital; todo
el pertrecho de guerra con el cual hacían aquella demostración.
La
actividad que desplegaban los gobiernistas era mayor a la justeza con que
agredían los revolucionarios. Por varias veces se vieron obligados a dar el
golpe en el mismo lugar donde se encontraban los pierolistas “San Jacinto” y
por segunda vez fueron derrotados los gobiernistas.
Pero
el fin era de hacer desaparecer el fuerte de don Vicente del Solar que lo
lograron solo con artillería pesada pero sin lograr tomar prisionero al dueño y
jefe de los aún resguardados. La actual casa hacienda es de construcción
reciente, pero tiene las características de fuerte.
Entre
tanto Piérola para hostilizar a los caceristas preparó su entrada a Lima que la
realzó el día 22 de Marzo de 1895.
El
triunfo se había consumado. Los pierolistas pisqueños y con ellos Marta Reyes
“La Cantinera” no habían luchado en vano, el precio de sus sacrificios los
alcanzaron, venciendo.
El
pueblo pisqueño se desbordó en un verdadero júbilo de contento; se avergonzaban
los caceristas de este pueblo, pro aun con todo vieron con cuanto derramamiento
de sangre había al fin la derrota.
En
esta revolución el nombre de la pisqueña Marta Reyes “La Cantinera” se apuntó
entre las ya notables verdaderas imitadoras del genio femenino y a su singular
simpatía se popularizó su retrato impreso en volantes donde la heroína vestía
el uniforme militar y en forma gallarda ostentaba la pistola en la diestra,
puñal al cinturón y el kepi en su abundosa cabellera envuelta dentro de él.
Esta
es a grandes rasgos la actuación de los pisqueños en la revolución del noventa
y cinco, tal vez quede algo por agregar pero por ahora esto es todo.
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